Aunque últimamente se ha puesto de moda y estoy un poco saturado, en general, me encanta cuando los guionistas de una serie ponen en boca de sus personajes referencias internas, guiños paratextuales (referidos al “envoltorio” de la historia) o, a veces, simplemente intentan justificar o reírse de sus propios errores o incongruencias.
En ocasiones el universo “extra-serie” y el propio de la historia se entrelazan haciendo que, por ejemplo, Sole en Siete Vidas confiese no aguantar a Amparo Baró. No sospecha ni por asomo que en una “realidad paralela” esa misma actriz interpreta a la propia Sole en una sit-com de Telecinco.
Otras veces, por el contrario, los protagonistas parecen darse cuenta de que viven en un mundo ficticio: recuerdo un capítulo de The O.C. en el que Summer reconocía lo afortunados que eran ella y sus amigos por tener un pub en el que tocaban grupos de primer nivel y encima a un volumen perfecto para poder al mismo tiempo hablar entre ellos.
Los chicos de Friends, en cambio, no parecen valorar que el sofá del Central Perk esté siempre disponible para ellos… al menos hasta que en la magnífica escena que inaugura la tercera temporada, se lo encuentran ocupado y claro, flipan.
Por otro lado, que Veronica Mars no deje de repetir que en su ciudad nada pasa por casualidad (“This is Nepturne… nothing happens accidentaly”), es una forma de decir al espectador que o acepta que allí se cometen tres crímenes al día, o esa no es su serie.
Tal vez uno de los casos más divertidos y llamativos de los últimos tiempos haya sido el de esa escena de Lost en la que el Doctor Artz, uno de los naúfragos a los que no habíamos conocido pese a compartir playa con los protagonistas, reivindica sus minutos en pantalla: “Perdona si no soy lo bastante guay como para formar parte de tu panda de aventureros (…) pensáis que sois los únicos de la isla que hacéis algo importante… Te diré una cosa, hay otros 40 supervivientes del accidente, y también somos personas”. (La foto pertenece precisamente a ese momento).
Pero Lost es un caso aparte, ya que la autoreferencia es constante en ella. ¿Los guionistas quieren que descartemos la teoría de que la extraña isla es el Purgatorio? Pues hacen que los protas se planteen esa posibilidad, para descartarla enseguida: “Obviamente no estamos muertos” “-Obviamente.” Pero mi favorita fue: “¿Qué estáis discutiendo, cuál es vuestro Otro favorito?” Los Otros eran el grupo de malvados habitantes de la isla que habíamos conocido esa temporada, y haciendo esta pregunta, el siempre punzante Sawyer parodiaba las encuestas en los foros de internet.
Para explicar el siguiente caso, debemos recordar un aspecto del artículo anterior: comentábamos que en las series, pueden pasar todo tipo de cosas a lo largo de las temporadas, toda suerte de cambios pueden llevarse a cabo: debido a que la propia historia evoluciona de forma natural, por la intervención de directivos por encima de los creadores, por las exigencias de los propios expectadores, o incluso por las necesidades o impedimentos de miembros del equipo artístico o técnico.
Todos recordamos el caso de Judy, la hermana pequeña de Cosas de casa (la serie de Steve Urkel) que tras cuatro temporadas actuando como secundaria, por motivos de producción, dejó de aparecer e incluso de ser mencionada, sin ningún tipo de explicación dentro de la trama(1).
Otra hermana, en este caso la de Cory en Yo y el mundo, vivió un caso similar, pero finalmente regresó tras un tiempo. Eso sí, volvió con el cuerpo de otra actriz y con bastante más protagonismo. Lo curioso es que no fuimos los únicos en sorprendernos de la reaparición de la niña. Incluso el propio Cory parecía no recordarla: “¡Morgan! ¡¿cuánto tiempo llevas sin salir de tu cuarto?!” (una línea de guión que, por cierto, encaja a la perfección en este artículo)
Pues bien, uno de los casos más interesantes que ha dado el metalenguaje televisivo de los últimos años (por supuesto desde mi punto de vista): tiene mucho que ver, de nuevo, con una hermana pequeña, en este caso Dawn, la hermana de la protagonista de Buffy Cazavampiros.
En el primer episodio de la quinta temporada vemos cómo se introduce (en lugar de desaparecer, como en los anteriores ejemplos), y sin que se nos explique a cuento de qué, este nuevo personaje. Los demás se relacionan como si siempre hubiese estado allí, llegando a hacer comentarios sobre sucesos de temporadas anteriores como si ella los hubiese presenciado.
Por supuesto, todo era un experimento de Joss Whedon (creador de la serie, y del que hablaremos a menudo por aquí) que con el tiempo, demostró tener una explicación lógica dentro del contexto de la serie para la aparición mística de la niña y la inserción de su recuerdo en las memorias de los demás personajes. Un experimento que suponía un verdadero homenaje o puede que una descarada parodia al lenguaje televisivo, dando una vuelta de tuerca y llevando al terreno más literal a esas “hermanas mágicas”.
Ya para acabar, hablamos precisamente del spin-off de Buffy: Angel.
En la última temporada antes de su cancelación, vemos cómo el propio Angel comienza a coquetear con las fuerzas del Mal llegando a sacrificar a Fred, una de una sus mejores amigas, con el objetivo de ascender en la escala de poder.
En realidad, Fred había muerto, sí, pero Angel no tuvo nada que ver con ello. Fingirse cómplice de su asesinato era parte de una farsa orquestada por el protagonista para hacer creer tanto a sus amigos como a sus enemigos que se había cambiado de bando. De esta forma, podría atacar desde el interior como una especie de caballo de Troya.
(Se acerca el momento clave) La cuestión es que, cuando Angel rebela a sus compañeros el truco, sus verdaderas intenciones, ellos rápidamente le interrogan en torno a Fred y a la verdadera causa de su muerte.
(Y así llegamos a donde queríamos): “Fred murió y yo no iba a dejar que fuese sólo otro horrible evento al azar en un horrible mundo azaroso. Así que decidí usarlo, hacer que su muerte importara.”
De nuevo, con este original giro, nos encontramos con esos casos en los que parece que una parte de los personajes no puede obviar que viven en un mundo de ficción construido para que vivan en él y en el que, además, cada uno de los acontecimientos suceden con un objetivo, trayendo más consecuencias derivadas que el aconteciemiento en sí. Por eso, cuando por primera vez, un personaje se encuentra dentro de ese mundo de mentira con un evento fruto de la mera casualidad, necesita darle una utilidad que lo dote de trascendencia y por lo tanto, de sentido.
Hasta aquí llega mi exposición, ahora en la zona de posts espero leer vuestros ejemplos de metalenguaje, para que, junto con todos los que se me han quedado en el tintero configuremos un artículo actualizado que recoja los mejores y más ingeniosos.
Ah! y si a alguien le suena lo que he contado de Angel que por favor lo comente. y es seguramente que está copiado de alguna otra obra literaria o cinematográfica, porque de no ser así, me sorprende que no le hayan dado “más bombo”.
(1)En IMDb, el personaje (interpretado por una actriz diferente de la original) aparece acreditado en los 2 últimos capítulos de la serie.
(*)Os dejo un sketch de Camera Café sobre este tema que me he encontrado en el blog de El Señor Mirindo.